Hace una semana, ví un colibrí. Hace mucho tiempo que no veía uno (con el que acabo de ver, son 3 en toda mi vida), y realmente no supe que hacer: si ver los hermosos colores medios metálicos, o ver las alas batiendo a esa velocidad increible... Al final, mire los colores y luego las alas.
Y esto me hizo acordar a cuando estudiaba filosofía en el liceo: a un libro llamado "El mundo de Sofía", en donde se hablaba de que la gente, mientras más conoce al mundo, menos lo observa y se asobra del mismo.
¿Será que uno pierde el poder de asombro cuando uno crece y madura? ¿Será que al poder de observación le pasa algo similar?. En un mundo donde el tiempo pasa rápido y es oro, y donde tienes que producir algo para poder sobrevivir, ya no está ese tiempo de esparcimiento. Especialmente si se trabaja, el tiempo ya no es tuyo (a no ser que se trabaje independiente), y hay que dedicarle tiempo a las cosas que nos parezcan importantes...
¿Habrá gente que se asombre de cosas que ya conoce? ¿que observe con mayor atención cosas que sean cotidianas?. Yo siempre me sorprendo con las flores y las mariposas, paso horas y horas admirándolas...
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